Álvaro Vizcaíno es un empresario aventurero, enamorado de las olas y el surf.
Álvaro, en un día cualquiera donde se encontraba totalmente solo cerca del mar, resbaló por un acantilado y encaramado al borde tuvo que soltarse para salvar su vida, calculando la frecuencia de las olas, saltó, salvando el pellejo, pero rompiéndose la pelvis por dos sitios, varios huesos de la mano y triple rotura de cadera. Trató de aferrarse a unas rocas, quedó a la deriva en el mar a punto de ahogarse, pero consiguió llegar a una cala desierta. Después de 48 horas de sufrimiento, le encuentran y salvan su vida.
Álvaro en su conferencia cuenta que: "Estaba en el agua y no conseguía avanzar… y curiosamente decidí rendirme. Y esto fue lo que me salvó… Y así vamos muchas veces por la vida, luchando, luchando, luchando contra todos y no nos damos cuenta de qué necesitamos nosotros. No hacemos otra cosa que desgastarnos".